Colección de discursos agrupados numéricamente

10.30. Segundo discurso con [el rey de] Kosala

En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de Jeta del parque de Anathapindika, cerca de Savatthi. Al mismo tiempo, el rey Pasenadi de Kosala acababa de retornar de un frente de guerra, victorioso de la batalla, habiendo alcanzado su propósito. Entonces, el rey Pasenadi de Kosala emprendió el viaje al parque: fue en carruajes hasta donde le permitió el camino y, luego, descendiendo del carruaje, entró al parque caminando. En esta ocasión, un número de monjes estaba caminando ida y vuelta al aire libre. Y el rey Pasenadi de Kosala se acercó a estos monjes y les preguntó:

“Venerables Señores, ¿dónde está morando ahora el Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente Iluminado? Porque quiero ver al Bienaventurado, al Arahant, al Perfectamente Iluminado”.

“Gran rey, aquella es su morada, la que tiene la puerta cerrada. Acércate a ella silenciosamente. Sin hacer ruido entra al porche, lava tu garganta y pulsa sobre el perno. El Bienaventurado abrirá la puerta para ti”.

Entonces, el rey Pasenadi de Kosala se acercó silenciosamente a la morada que tenía la puerta cerrada. Sin hacer ruido entró al porche, lavó su garganta y pulsó sobre el perno. Y el Bienaventurado abrió la puerta”.

Acto seguido, el rey Pasenadi de Kosala entró en la morada, se postró con su cabeza tocando los pies del Bienaventurado, los llenó de besos y los acarició con sus manos pronunciando su nombre: “Venerable Señor, soy el rey Pasenadi de Kosala, soy el rey Pasenadi de Kosala”.

“Pero, gran rey, ¿cuál es la razón por el cual muestras semejante honra suprema a este cuerpo y exhibes semejante ofrenda de amor benevolente?”.

“Venerable Señor, es por mi gratitud y agradecimiento que muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Porque, Venerable Señor, el Bienaventurado está practicando para el bienestar de mucha gente, para la felicidad de mucha gente; ha establecido a mucha gente en el noble método, es decir, en el sendero del buen Dhamma, en el sendero del Dhamma beneficioso. Esta es una de las razones por las cuales muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Además, Venerable Señor, el Bienaventurado es virtuoso, consumado en la virtud, de una noble conducta, conducta beneficiosa, poseedor de una beneficiosa conducta. Esta es otra de las razones por las cuales muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Además, Venerable Señor, por mucho tiempo el Bienaventurado ha sido un morador del bosque, que recurrió a remotos alojamientos en el bosque y en la espesura de la jungla. Ya que esto es así, esta es otra de las razones por las cuales muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Además, Venerable Señor, el Bienaventurado está contento con cualquier clase de hábito, comida de las limosnas, alojamiento, medicinas u otras provisiones para la enfermedad. Esta es otra de las razones por las cuales muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Además, Venerable Señor, el Bienaventurado es digno de las ofrendas, digno de hospitalidad, digno de donativos, digno de reverenciales saludos, un insuperable campo de méritos para el mundo. Esta es otra de las razones por las cuales muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Además, Venerable Señor, el Bienaventurado se pone a escuchar a voluntad, sin problema ni dificultad, pláticas concernientes a la vida austera conducente a la eliminación [de las corrupciones], que llevan a la apertura de la mente, es decir, las pláticas sobre escasez de deseos, sobre la reclusión, sobre no apegarse a otros, sobre el surgimiento de la energía, sobre la conducta virtuosa, sobre la concentración, sabiduría y liberación. Esta es otra de las razones por las cuales muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Además, Venerable Señor, el Bienaventurado gana a voluntad, sin problema ni dificultad, los cuatro jhana, los cuales constituyen la mente más alta y una morada placentera aquí y ahora. Esta es otra de las razones por las cuales muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Además, Venerable Señor, el Bienaventurado recuerda sus múltiples moradas pasadas, esto es, un nacimiento, dos nacimientos, cinco nacimientos, diez nacimientos, cincuenta nacimientos, cien nacimientos, mil nacimientos, cien mil nacimientos, muchos eones de contracción cósmica, muchos eones de expansión cósmica, muchos eones de contracción y expansión cósmica así: ‘Allí tuve tal nombre, pertenecí a tal clan, tuve tal apariencia. Tal fue mi alimento, tal mi experiencia de placer y dolor, tal el final de mi vida. Muriendo en este estado, renací allí. Allí también tuve tal nombre, pertenecí a tal clan, tuve tal apariencia. Tal fue mi alimento, tal mi experiencia de placer y dolor, tal el final de mi vida. Muriendo en ese estado, renací aquí'. Así conoce sus múltiples moradas pasadas con sus aspectos y detalles. Ya que esto es así, esta es otra de las razones por las cuales muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Además, Venerable Señor, el Bienaventurado ve—por medio del ojo divino, purificado y que supera al humano— seres falleciendo y renaciendo, inferiores y superiores, hermosos y feos, afortunados y desafortunados según su kamma, así: ‘Estos seres—involucrados con la mala conducta de cuerpo, palabra y mente, que injuriaron a los Nobles, que mantuvieron opiniones erróneas y realizaron acciones bajo la influencia de estas opiniones erróneas— con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, han renacido en el plano de la privación, en el destino malo, en los reinos inferiores, en el infierno. Pero estos seres—dotados de buena conducta de cuerpo, palabra y mente, que no injuriaron a los Nobles, que mantuvieron opiniones correctas y realizaron acciones bajo la influencia de estas opiniones correctas— con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, han reaparecido en los destinos buenos, en el mundo celestial'. Así—por medio del ojo divino, purificado y que supera al humano— ve seres falleciendo y reapareciendo, inferiores y superiores, hermosos y feos, afortunados y desafortunados según su kamma. Ya que esto es así, esta es otra de las razones por las cuales muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Además, Venerable Señor, con la destrucción de las corrupciones mentales, el Bienaventurado ha realizado por sí mismo, con el conocimiento directo, aquí y ahora, la inmaculada liberación de la mente, liberación a través de la sabiduría, y habiendo entrado en ella, permanece allí. Ya que esto es así, esta es otra de las razones por las cuales muestro honra suprema al Bienaventurado y exhibo esta ofrenda de amor benevolente hacia él.

“Y ahora, Venerable Señor, tenemos que retirarnos. Estamos ocupados y tenemos mucho qué hacer”.

“Puedes marcharte, gran rey, de acuerdo a tu conveniencia”.

Entonces, el rey Pasenadi de Kosala se levantó de su asiento, rindió homenaje al Bienaventurado, y partió de ahí teniendo al Bienaventurado siempre a su mano derecha.