Colección de discursos agrupados numéricamente

4.184. Intrepidez

Entonces, brahmán Janussoni se fue junto al junto al Bienaventurado y, al llegar, lo saludó respetuosamente y se sentó a un lado. Cuando ya estaba sentado ahí, se dirigió al Bienaventurado con estas palabras:

“Maestro Gotama, yo mantengo el siguiente punto de vista y esta es mi opinión: no existe nadie que, sujeto a la muerte, no tenga miedo ni terror a la muerte”.

“Brahmán, he aquí que existen aquellos que, sujetos a la muerte, tienen miedo y terror a la muerte. Pero también existen otros que, sujetos a la muerte, no tienen miedo ni terror a la muerte.

“¿Y quién es la persona que, sujeta a la muerte, tiene miedo y terror a la muerte? He aquí el caso de la persona que no ha abandonado la pasión, el deseo, el cariño, el ansia, la fiebre ni la avidez por la sensualidad. Entonces, ella cae enferma con una seria dolencia. Cuando cae enferma con una seria dolencia, se le ocurre el siguiente pensamiento: ‘Oh, aquellos queridos placeres sensuales se apartaron de mí y yo me he apartado de ellos’. De esta manera sufre y se atormenta, llora, golpea su pecho y desvaría. Ésta es la persona que, sujeta a la muerte, tiene miedo y terror a la muerte.

“Además, está el caso de la persona que no ha abandonado la pasión, el deseo, el cariño, el ansia, la fiebre ni la avidez por el cuerpo. Entonces, ella cae enferma con una seria dolencia. Cuando cae enferma con una seria dolencia, se le ocurre el siguiente pensamiento: ‘Oh, este mi querido cuerpo se aparta de mí y yo me aparto de él’. De esta manera sufre y se atormenta, llora, golpea su pecho y desvaría. Ésta también es la persona que, sujeta a la muerte, tiene miedo y terror a la muerte.

“Además, está el caso de la persona que no ha hecho lo que es bueno, no ha hecho lo que es beneficioso, no ha ofrecido protección a los atemorizados, sino que, por el contrario, ha hecho lo malo, lo salvaje y lo cruel. Entonces, ella cae enferma con una seria dolencia. Cuando cae enferma con una seria dolencia, se le ocurre el siguiente pensamiento: ‘Oh, yo no he hecho lo que es bueno, no he hecho lo que es beneficioso, no he ofrecido protección a los atemorizados, sino que, por el contrario, he hecho lo malo, lo salvaje y lo cruel. La fatalidad es el destino de aquellos que no han hecho lo que es bueno, no han hecho lo que es beneficioso, no han ofrecido protección a los atemorizados, sino que, por el contrario, han hecho lo malo, lo salvaje y lo cruel, y es ahí donde yo me iré después de la muerte’. De esta manera sufre y se atormenta, llora, golpea su pecho y desvaría. Ésta también es la persona que, sujeta a la muerte, tiene miedo y terror a la muerte.

“Además, está el caso de la persona que tiene dudas y perplejidad, que no ha llegado a depositar su certeza en el verdadero Dhamma. Entonces, ella cae enferma con una seria dolencia. Cuando cae enferma con una seria dolencia, se le ocurre el siguiente pensamiento: ‘Oh, yo tengo dudas y perplejidad, no he llegado a depositar mi certeza en el verdadero Dhamma.’ De esta manera sufre y se atormenta, llora, golpea su pecho y desvaría. Ésta también es la persona que, sujeta a la muerte, tiene miedo y terror a la muerte.

“Éstas son, brahmán, las cuatro clases de personas que, sujetas a la muerte, tienen miedo y terror a la muerte.

“Pero, ¿quién es la persona que, sujeta a la muerte, no tiene miedo ni terror a la muerte? He aquí el caso de la persona que ha abandonado la pasión, el deseo, el cariño, el ansia, la fiebre y la avidez por la sensualidad. Entonces, ella cae enferma con una seria dolencia. Cuando cae enferma con una seria dolencia, se le ocurre el siguiente pensamiento: ‘Oh, aquellos queridos placeres sensuales se apartaron de mí y yo me he apartado de ellos’. Pero ella no sufre ni se atormenta, no llora, no golpea su pecho ni desvaría. Ésta es la persona que, sujeta a la muerte, no tiene miedo ni terror a la muerte.

“Además, está el caso de la persona que ha abandonado la pasión, el deseo, el cariño, el ansia, la fiebre y la avidez por el cuerpo. Entonces, ella cae enferma con una seria dolencia. Cuando cae enferma con una seria dolencia, se le ocurre el siguiente pensamiento: ‘Oh, este mi querido cuerpo se aparta de mí y yo me aparto de él’. Pero ella no sufre ni se atormenta, no llora, no golpea su pecho ni desvaría. Ésta también es la persona que, sujeta a la muerte, no tiene miedo ni terror a la muerte.

“Además, está el caso de la persona que ha hecho lo que es bueno, ha hecho lo que es beneficioso, ha ofrecido protección a los atemorizados, y no ha hecho lo contrario: no ha hecho lo malo, lo salvaje ni lo cruel. Entonces, ella cae enferma con una seria dolencia. Cuando cae enferma con una seria dolencia, se le ocurre el siguiente pensamiento: ‘Oh, yo he hecho lo que es bueno, he hecho lo que es beneficoso, he ofrecido protección a los atemorizados, y no he hecho lo contrario: no he hecho lo malo, lo salvaje ni lo cruel. Buen destino está reservado para aquellos que han hecho lo que es bueno, han hecho lo que es beneficioso, han ofrecido protección a los atemorizados, y no han hecho lo contrario: no han hecho lo malo, lo salvaje ni lo cruel, y es ahí donde yo me iré después de la muerte’. Entonces, ella no sufre ni se atormenta, no llora, no golpea su pecho ni desvaría. Ésta también es la persona que, sujeta a la muerte, no tiene miedo ni terror a la muerte.

“Además, está el caso de la persona que no tiene dudas ni perplejidad, que ha llegado a depositar su certeza en el verdadero Dhamma. Entonces, ella cae enferma con una seria dolencia. Cuando cae enferma con una seria dolencia, se le ocurre el siguiente pensamiento: ‘Oh, yo no tengo dudas ni perplejidad, he llegado a depositar mi certeza en el verdadero Dhamma.’ Entonces, ella no sufre ni se atormenta, no llora, no golpea su pecho ni desvaría. Ésta también es la persona que, sujeta a la muerte, no tiene miedo ni terror a la muerte.

“Éstas son, brahmán, las cuatro clases de personas que, sujetas a la muerte, no tienen miedo ni terror a la muerte.

“¡Excelente, maestro Gotama, Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio a maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere como su seguidor laico a partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.