Colección de discursos agrupados numéricamente
8.30. La gran reflexión de Anuruddha
En una ocasión, el Bendito se quedaba entre los Bhaggas en el parque de los Venados en la gruta de Bhesakala, cerca del lugar del Cocodrilo. En ese tiempo el Venerable Anuruddha vivía entre los Cetis en el Parque Bambú del Este. Y entonces, mientras se encontraba a solas, aislado, esta línea de pensamiento surgió en la atención del Ven. Anuruddha:
—Este Dhamma es para aquél que es modesto, no para aquél que se agranda a sí mismo. Este Dhamma es para el que se contenta, no para aquél que está descontento. Este Dhamma es para uno que se aísla, no para uno que se enmaraña (se enreda). Este Dhamma es para uno cuya persistencia está despierta, no para uno que es perezoso. Este Dhamma es para uno cuya plena atención está establecida, no para uno cuya plena atención está confundida. Este Dhamma es para uno cuya mente está centrada, no para uno cuya mente está descentrada. Este Dhamma es para uno dotado de discernimiento, no para uno cuyo discernimiento es débil.
Entonces, el Bendito, dándose cuenta con su atención de la línea de pensamiento en la atención de Anuruddha, justo como un hombre fuerte extiende su brazo flexionado o flexiona su brazo extendido -desapareció de entre los Bhaggas en el parque del Venado en la gruta de Bhesakala, cerca del lugar del Cocodrilo, y reapareció entre los Cetis en el Parque Bambú del Este, justo enfrente al Ven. Anuruddha. Allí se sentó en un asiento preparado. En cuanto al Ven. Anuruddha, habiendo hecho una reverencia al Bendito, se sentó a su lado. Mientras se sentaba allí, el Bendito le dijo:
—Bien, Anuruddha, muy bien. Es bueno que pienses estos pensamientos de una gran persona: ‘Este Dhamma es para aquél que es modesto, no para aquél que se agranda a sí mismo. Este Dhamma es para el que se contenta, no para aquél que está descontento. Este Dhamma es para uno que se aísla, no para uno que se enmaraña (se enreda). Este Dhamma es para uno cuya persistencia está despierta, no para uno que es perezoso. Este Dhamma es para uno cuya plena atención está establecida, no para uno cuya plena atención está confundida. Esta Dhamma es para uno cuya mente está centrada, no para uno cuya mente está descentrada. Este Dhamma es para uno dotado de discernimiento, no para uno cuyo discernimiento es débil.' Ahora, Anuruddha, piensa en el octavo pensamiento de una gran persona: ‘Este Dhamma es para uno que disfruta la no-complicación, quien se deleita en la no-complicación, no para uno que disfruta y se deleita en la complicación’.
—Anuruddha, cuando pienses estos ocho pensamientos de una gran persona, entonces, cuando lo desees—abandonando por completo la sensualidad, abandonando las cualidades inútiles- entrarás y permanecerás en el primer jhàna: arrebato y placer que nacen del abandono, acompañado de un pensamiento dirigido y una evaluación. Cuando pienses estos ocho pensamientos de una gran persona, entonces, cuando lo desees—deteniendo el pensamiento dirigido y la evaluación—entrarás y permanecerás en el segundo jhàna: arrebato y placer que nacen de la quietud, unificación de la atención libre de pensamiento dirigido, evaluación, y seguridad interna, y con la desaparición del arrebato, permanecerás ecuánime, conciente y alerta, físicamente sensible al placer. Entrarás y permanecerás en el tercer jhàna, del cual Los Nobles declaran ‘Ecuánime y conciente, él tiene una permanencia placentera.' Cuando pienses estos ocho pensamientos de una gran persona, entonces, cuando lo desees, con el abandono del placer y el dolor, y con la desaparición previa del gozo y el sufrimiento, entrarás y permanecerás en el cuarto jhàna: pureza de ecuanimidad y conciencia, sin placer ni dolor.
Ahora, cuando pienses estos ocho pensamientos de una gran persona y te conviertas a una persona que puede alcanzar a voluntad, sin problemas ni dificultades, estos cuatro jhànas -estados mentales elevados que proveen un placentero refugio en el aquí y ahora- entonces tu túnica de harapos te parecerá justo como el baúl de ropa de un hombre de familia o su hijo, lleno de ropas de muchos colores. Mientras vivas satisfecho, te servirá a tu gusto, para permanencia cómoda, para no-agitación y para alumbrar el no-apego.
Cuando pienses estos ocho pensamientos de una gran persona y te conviertas en una persona que adquiere a voluntad, sin problema o dificultad estos cuatro jhànas -estados mentales elevados que brindan un estado placentero en el aquí y ahora- Entonces, tu alimento de limosna te parecerá ser justo como el arroz y el trigo del hombre de familia o su hijo, limpio de granos negros y servido con una variedad de salsas y condimentos… tu descanso al pie de un árbol te parecerá ser justo como la fornida mansión de un hombre de familia o su hijo, tapizada por dentro y por fuera, sin goteras, firme y con sus ventanas cerradas… Tu cama en un pedazo de césped te parecerá como el sillón de un hombre de familia o su hijo, cubierto por sábanas de pelo largo, sábanas de lana blanca, sábanas bordadas, alfombras de piel de antílope y piel de venado, cubierta por un capelo y con cojines rojos para la cabeza y los pies…
Cuando pienses estos ocho pensamientos de una gran persona y te conviertas en una persona que puede adquirir a voluntad, sin problema o dificultad, estos cuatro jhànas -estados mentales elevados que brindan una atmósfera placentera en el aquí y ahora- entonces tu medicina hecha de orina maloliente te parecerá ser justo como los varios tónicos de un hombre de familia o su hijo, jocoque, mantequilla fresca, aceite, miel, malaza de azúcar. Mientras vivas satisfecho, te servirá a tu gusto, para permanencia cómoda, para no-agitación y para alumbrar el desapego.
—Ahora pues, Anuruddha, te quedarás aquí entre los Cetis para el próximo Retiro de las Lluvias”.
—Como digas, Señor” dijo el Ven. Anuruddha.
Entonces, habiendo dado esta exhortación al Ven. Anuruddha, el Bendito como un hombre fuerte extiende su brazo flexionado o flexiona su brazo extendido, desapareció del Parque Bambú del Este de los Catis y reapareció entre los Bhaggas en el parque del Venado en la gruta de Bhesakala, cerca del lugar del Cocodrilo. Se sentó en un asiento preparado y, mientras se sentaba allí, se dirigió a los monjes diciendo: “Monjes, les enseñaré los ocho pensamientos de una persona grande. Escuchen y pongan mucha atención. Hablaré.”
—Sí, Señor,” respondieron los monjes.
El Bendito Dijo:
—Ahora, ¿cuáles son los ocho pensamientos de una gran persona? Este Dhamma es para aquél que es modesto, no para aquél que se agranda a sí mismo. Este Dhamma es para el que se contenta, no para aquél que está descontento. Este Dhamma es para uno que se aísla, no para uno que se enmaraña (se enreda). Este Dhamma es para uno cuya persistencia está despierta, no para uno que es perezoso. Este Dhamma es para uno cuya plena atención está establecida, no para uno cuya plena atención está confundida. Esta Dhamma es para uno cuya mente está centrada, no para uno cuya mente está descentrada. Este Dhamma es para uno dotado de discernimiento, no para uno cuyo discernimiento es débil. Este Dhamma es para uno que disfruta la no-complicación, que se deleita en la no-complicación, no para uno que disfruta y se deleita en la complicación.
—Este Dhamma es para aquél que es modesto, no para aquél que se agranda a sí mismo.' Esto se ha dicho. ¿Con referencia a qué se ha dicho? Está el caso donde un monje, siendo modesto, no quiere que sea conocido que ‘Él es modesto'. Estando satisfecho no quiere que sea conocido que ‘Él está satisfecho’. Estando aislado no quiere que sea conocido que ‘El está aislado'. Con su persistencia despierta no desea que sea conocido que ‘Su persistencia está despierta'. Estando su atención establecida no quiere que sea conocido que su atención está establecida. Estando su mente centrada no quiere que sea conocido que ‘Su mente está centrada' Estando dotado de discernimiento no desea que sea conocido que ‘Está dotado de discernimiento'. Disfrutando la no-complicación no quiere que sea conocido que ‘Disfruta la no-complicación'.
—Este Dhamma es para aquél que está satisfecho (contento), no para aquél que está descontento'. Así se ha dicho. ¿Con referencia a qué se ha dicho esto?
Está el caso de un monje que está contento con cualquier túnica vieja de tela, cualquier comida de limosna, cualquier viejo alojamiento, cualquier medicina para curar enfermedades.'Este Dhamma es para aquél que está satisfecho (contento), no para aquél que está descontento' Así se ha dicho. Y con referencia a esto se ha dicho.
—Este Dhamma es para aquél que está aislado, no para aquel que está enmarañado'. Esto se ha dicho. ¿Con referencia a qué se ha dicho?? Está el caso donde un monje, cuando vive en aislamiento, es visitado por monjes, monjas, hombres laicos, mujeres laicas, reyes, ministros reales, seguidores de sectas y sus discípulos. Con su mente inclinada al aislamiento, orientada al aislamiento, apreciando la renunciación, él conversa con ellos sólo lo necesario para que ellos se marchen. ‘Este Dhamma es para aquél que está aislado, no para aquel que está enmarañado' Esto se ha dicho. Y con referencia a esto se ha dicho.
—Este Dhamma es para aquél cuya persistencia está despierta, no para aquél que es perezoso.' Esto se ha dicho. ¿Con referencia a qué se ha dicho? Está el caso en que un monje mantiene su persistencia despierta abandonando las cualidades mentales inútiles y tomando las cualidades mentales útiles. Él es tenaz, sólido en su esfuerzo, no evadiendo sus labores en relación con las cualidades mentales útiles.'Este Dhamma es para aquél cuya persistencia está despierta, no para aquél que es perezoso.' Esto se ha dicho. Y con referencia a esto se ha dicho.
—Este Dhamma es para aquél cuya atención está establecida, no para aquél cuya atención está confusa.' Esto se ha dicho. ¿Con referencia a qué se ha dicho? Está el caso donde un monje está atento, meticulosamente recordando y siendo capaz de traer a la mente aún cosas que fueron hechas y dichas hace mucho.
—Este Dhamma es para aquél cuya atención está establecida, no para aquél cuya atención está confusa.' Esto se ha dicho. Y con referencia a esto se ha dicho.
—Este Dhamma es para aquél cuya mente está centrada, no para aquél cuya mente está descentrada.' Esto se ha dicho. ¿Con referencia a qué se ha dicho? Está el caso donde un monje bien alejado de la sensualidad, alejado de las cualidades mentales inútiles, entra y permanece en el primer jhàna: arrebato y placer que nace del abandono, acompañado de un pensamiento dirigido y evaluación. Deteniendo el pensamiento dirigido y la evaluación- entra y permanece en el segundo jhàna: arrebato y placer que nacen de la quietud, unificación de la atención libre de pensamiento dirigido y evaluación, seguridad interna… con la desaparición del arrebato, permanece ecuánime, conciente y alerta, físicamente sensible al placer. Entra y permanecerás en el tercer jhàna, del cual Los Nobles declaran ‘Ecuánime, conciente, él tiene una permanencia placentera. Con el abandono del placer y el dolor, y con la desaparición previa del gozo y el sufrimiento, entra y permanece en el cuarto jhana: pureza de ecuanimidad y conciencia, sin placer ni dolor. ‘Este Dhamma es para aquél cuya mente está centrada, no para aquél cuya mente está descentrada.' Esto se ha dicho. Y con respecto a esto se ha dicho.
—Este Dhamma es para aquél dotado con discernimiento, no para aquél cuyo discernimiento es débil. Esto se ha dicho. ¿Con referencia a qué se ha dicho?
Está el caso donde un monje discierne, dotado del discernimiento de que todo surge y se extingue -noble, penetrante, conducente a la abolición del sufrimiento-. ‘Este Dhamma es para aquél dotado con discernimiento, no para aquél cuyo discernimiento es débil. Esto se ha dicho. Y con respecto a esto se ha dicho.
—Este Dhamma es para aquél que goza la no-complicación, quien se deleita en la no-complicación, no para aquél que se goza y se deleita en la complicación.' Esto se ha dicho. ¿Con referencia a qué se ha dicho? Está el caso donde la mente de un monje salta, crece confiada, tenaz y es firme en la cesación de la complicación. ‘Este Dhamma es para aquél que goza la no-complicación, quien se deleita en la no-complicación, no para aquél que se goza y se deleita en la complicación.' Esto se ha dicho. Y con respecto a esto ha sido dicho.
Ahora, durante el siguiente Retiro de las Lluvias, el Ven. Anuruddha, permaneció justo ahí en el parque de bambú del Este entre los Cetis. Rondando sólo, aislado, atento, ardiente, resuelto, él en poco tiempo alcanzó y permaneció en la meta suprema de la vida santa, por la que los hombres del clan pasan del hogar a estar sin hogar, sabiéndolo y entendiéndolo por sí mismo en el aquí y ahora. Él supo: “El nacimiento ha terminado, la vida santa ha sido completada, la consigna realizada. No hay nada más allá por el bien de este mundo.” Y así el Ven. Anuruddha se convirtió en otro de los arahants. Entonces, al alcanzar el grado de arahant enunció este verso:
Conociendo mis pensamientos,
el Maestro, sin comparación en el cosmos,
vino a mí a través de su poder
en un cuerpo hecho de mente.
Enseñó en línea con mis pensamientos y prosiguió aún más.
El Buddha, deleitándose en la no-complicación, enseñó la no-complicación.
Conociendo su Dhamma,
permanecí deleitándome en su mandato.
Los tres conocimientos
han sido obtenidos;
El mandato del Buddha,
realizado.