Colección de discursos agrupados numéricamente

8.83. Enraizados

“Monjes, los adherentes a los otros credos podrían preguntaros: ‘Amigos, ¿en qué están enraizadas todas las cosas? ¿Mediante qué todas ellas llegaron a existir? ¿A partir de qué se originaron? ¿Bajo qué cosa convergen? ¿Qué es lo que les encabeza? ¿Qué autoridad se ejerce sobre ellas? ¿Qué es lo que les supervisa? ¿Cuál es su esencia?’. Si se os preguntase así, ¿qué cosa deberíais responder?”.

“Venerable Señor, nuestras enseñanzas están enraizadas en el Bienaventurado, guiadas por el Bienaventurado, teniendo recurso en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado nos aclarase el significado de esta declaración. Habiendo escuchado esto de él, los monjes lo retendrían en la mente”.

“Entonces escuchad, monjes, y prestad atención que voy a hablar”.

“Sí, Venerable Señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:

“Monjes, si los adherentes a los otros credos os preguntasen: ‘Amigos, ¿en qué están enraizadas todas las cosas?… ¿Cuál es su consumación?’, vosotros deberíais responder esto:

“‘Amigos, todas las cosas están enraizadas en el deseo. Todas ellas llegaron a existir mediante la atención. Se originaron a partir del contacto. Convergen bajo la sensación. Les encabeza la concentración. La atención consciente ejerce sobre ellas la autoridad. Les supervisa la sabiduría. Su esencia es la liberación’.

“Si se os preguntase, monjes, así, de esta manera, es cómo deberíais responder a aquellos adherentes de los otros credos”.