Majjhima Nikaya 106

Anenjasappaya Sutta

Discurso sobre el sendero hacia lo imperturbable

Así lo he oído: En cierta ocasión, el Bienaventurado residía con los Kuru, en una ciudad de los Kuru llamada Kammassadhamma. Allí el Bienaventurado se dirigió a los monjes:

“Monjes.”—"Venerable señor"—respondieron los monjes.

Y el Bienaventurado les dijo así:

“Monjes, los placeres de los sentidos son impermanentes, vacuos, engañosos, de naturaleza vana; son habladuría de necios, monjes, producto, de la ilusión. Los placeres de los sentidos, tanto en esta misma existencia como en existencias futuras, las percepciones de placeres de los sentidos, tanto en esta misma existencia como en existencias futuras, son dominio de Mara, su territorio, su cebo, su lugar de pasto.

“Aquí es donde se desarrollan estados mentales perjudiciales y nocivos, tales como la codicia, la malevolencia y la agresividad, que son obstáculos para la práctica del Noble Discípulo.

[Lo imperturbable]

“A este respecto, monjes, el Noble Discípulo reflexiona: ‘Los placeres de los sentidos son impermanentes, vacuos, engañosos, de naturaleza vana; son habladuría de necios, producto de la ilusión. Los placeres de los sentidos, tanto en esta misma existencia como en existencias futuras… son obstáculos a la práctica del Noble Discípulo. ¿Y si permaneciera con mente magnánima y elevada, superando el mundo con firme resolución mental? De este modo no se desarrollarán estados mentales perjudiciales y nocivos, tales como la codicia, la malevolencia y la agresividad, y, renunciando a ellos, conseguiré una mente sin límites, inmensa, bien desarrollada’.

“Practicando así y permaneciendo asiduamente en esta esfera la mente se clarifica, la atención se apacigua y, a partir de ahí, o bien se logra la imperturbabilidad, o bien se tiende hacía la sabiduría. Con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, es posible que esa conciencia tendiente logre la imperturbabilidad. Monjes, esto es lo que se llama el primer camino hacia la imperturbabilidad beneficiosa.

“De nuevo, monjes, el Noble Discípulo reflexiona: ‘Hay placeres de los sentidos en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de placeres de los sentidos en esta misma existencia y en existencias futuras, cualquier forma material consiste de los cuatro grandes elementos y la forma material procede de los cuatro grandes elementos’.

“Practicando así y permaneciendo asiduamente en esta esfera la mente se clarifica, la atención se apacigua y, a partir de ahí, o bien se logra la imperturbabilidad, o bien se tiende hacía la sabiduría. Con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, es posible que esa conciencia tendiente logre la imperturbabilidad. Monjes, esto es lo que se llama el segundo camino hacia la imperturbabilidad beneficiosa.

“De nuevo, monjes, el Noble Discípulo reflexiona: ‘Hay placeres de los sentidos en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de placeres de los sentidos en esta misma existencia y en existencias futuras. Hay formas materiales en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de formas materiales en esta misma existencia y en existencias futuras. Ambas son impermanentes. Lo que es impermanente no merece que nos deleitemos con ello, no merece que nos interesemos en ello y no merece que nos aferremos a ello’.

“Practicando así y permaneciendo asiduamente en esta esfera la mente se clarifica, la atención se apacigua y, a partir de ahí, o bien se logra la imperturbabilidad, o bien se tiende hacía la sabiduría. Con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, es posible que esa conciencia tendiente logre la imperturbabilidad. Monjes, esto lo que se llama el tercer camino hacia la imperturbabilidad beneficiosa.

[La base de la nada]

“De nuevo, monjes, el-Noble Discípulo reflexiona: ‘Hay placeres de los sentidos en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de placeres de los sentidos en esta misma existencia y en existencias futuras. Hay formas materiales en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de formas materiales en esta misma existencia y en existencias futuras, y hay percepciones de lo imperturbable. Todo ello son percepciones. Allí donde éstas cesan completamente, eso es paz, eso es sublimidad, es decir, la esfera de la nada’.

“Practicando así y permaneciendo asiduamente en esta esfera la mente se clarifica, la atención se apacigua y, a partir de ahí, o bien se logra la esfera de la nada, o bien se tiende hacía la sabiduría. Con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, es posible que esa conciencia tendiente logre la esfera de la nada. Monjes, esto es lo que se llama el primer camino hacia la beneficiosa esfera de la nada.

“De nuevo, monjes, el Noble Discípulo, ido al bosque, o al pie de un árbol, reflexiona: ‘Esto está vacío de yo y de lo que pertenece al yo’.

“Practicando así y permaneciendo asiduamente en esta esfera la mente se clarifica, la atención se apacigua y, a partir de ahí, o bien se logra la esfera de la nada, o bien se tiende hacía la sabiduría. Con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, es posible que esa conciencia tendiente logre la esfera de la nada. Monjes, esto es lo que se llama el segundo camino hacia la beneficiosa esfera de la nada.

“De nuevo, monjes, el Noble Discípulo reflexiona: ‘Nada es «yo» respecto de nadie ni de ningún lugar, nada es «mío», respecto de nadie ni de ningún lugar’.

“Practicando así y permaneciendo asiduamente en esta esfera la mente se clarifica, la atención se apacigua y, a partir de ahí, o bien se logra la esfera de la nada, o bien se tiende hacía la sabiduría. Con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, es posible que esa conciencia tendiente logre la esfera de la nada. Monjes, esto es lo que se llama el tercer camino hacia la beneficiosa esfera de la nada.

[La base de la ni-percepción-ni-la-no-percepción]

“De nuevo, monjes, el Noble Discípulo reflexiona: ‘Hay placeres de los sentidos en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de placeres de los sentidos en esta misma existencia y en existencias futuras. Hay formas materiales en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de formas materiales en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de lo imperturbable y hay percepciones de la esfera de la nada. Todo ello son percepciones. Allí donde éstas cesan completamente, eso es paz, eso es sublimidad, es decir, la esfera de ni percepción ni no percepción’.

“Practicando así y permaneciendo asiduamente en esta esfera la mente se clarifica, la atención se apacigua y, a partir de ahí, o bien se logra la esfera de ni percepción ni no percepción, o bien se tiende hacía la sabiduría. Con la descomposición del cuerpo, tras la muerte, es posible que esa conciencia tendiente logre la esfera de ni percepción ni no percepción. Monjes, esto es lo que se llama el primer camino hacia la beneficiosa esfera de ni percepción ni no percepción.”

[El Nibbana]

Dicho esto, el venerable Ananda preguntó al Bienaventurado:

“He aquí, venerable señor, que un monje practica así: ‘Lo que no fuera, no sería mío; lo que no será, no será mío; a lo que es, a lo que ha surgido, a eso yo renuncio’. De ese modo consigue la ecuanimidad.

“Venerable señor, ¿ese monje logra el Nibbana definitivo?”

“Ananda, puede ocurrir que un monje lo logre, puede ocurrir que otro monje no lo logre.”

“Venerable señor, ¿Cuál es la causa, cuál es la razón por la que un monje logra el Nibbana definitivo y otro no?”

“Aquí, Ananda, un monje practica así: ‘Lo que no fuera, no sería mío; lo que no será, no será mío; a lo que es, a lo que ha surgido, a eso yo renuncio’. De este modo consigue la ecuanimidad, pero permanece deleitándose con ella, interesándose por ella y aferrándose a ella. Al permanecer deleitándose con ella, interesándose por ella y aferrándose a ella, la conciencia depende de ella y a ella se apega. Mientras haya apego, Ananda, el monje no logra el Nibbana definitivo”.

“Pero, venerable señor, el monje que así se apega, ¿a qué se está apegando?”

“Ananda, a la esfera de ni percepción ni no percepción.”

“Venerable señor, el monje que así se apega, parecería que se está apegando a lo mejor a que puede uno apegarse.”

“En efecto, Ananda, el monje que así se apega, se está apegando a lo mejor a que puede uno apegarse.

“Ananda, mientras haya apego, lo mejor a lo que uno puede apegarse es la esfera de ni percepción ni no percepción.

“Pero he aquí, Ananda, que un monje practica así: ‘Lo que no fuera, no sería mío; lo que no será, no será mío; a lo que es, a lo que ha surgido, a eso yo renuncio”. De este modo consigue la ecuanimidad, pero no permanece deleitándose con ella, ni interesándose por ella ni aferrándose a ella. Al no permanecer deleitándose con ella, ni interesándose por ella ni aferrándose a ella, la conciencia no depende de ella y a ella no se apega. Libre de apego, Ananda, el monje logra el Nibbana definitivo.”

“Maravilloso, venerable señor, extraordinario, venerable señor. Venerable señor, en verdad que el Bienaventurado, nos ha indicado cómo cruzar la corriente aprovechando uno u otro medio. Pero, venerable señor, ¿qué es la Noble liberación?”

“He aquí, Ananda, que el Noble Discípulo reflexiona: ‘Hay placeres de los sentidos en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de placeres de los sentidos en esta misma existencia y en existencias futuras. Hay formas materiales en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de formas materiales en esta misma existencia y en existencias futuras, hay percepciones de lo imperturbable, percepciones de la esfera de la nada, y percepciones de la esfera de ni percepción ni no percepción. Todo eso constituye la personalidad hasta los confines de la misma. Luego hay la no muerte, a saber, la liberación de la mente por el desapego.

“Así pues, Ananda, he predicado el camino hacia la imperturbabilidad beneficiosa, he predicado el camino hacia la beneficiosa esfera de la nada, he predicado el camino hacia la beneficiosa esfera de ni percepción ni no percepción, he predicado cómo cruzar la corriente aprovechando uno u otro medio, he predicado la Noble liberación.

“Ananda, lo que un maestro lleno de compasión por sus discípulos tiene que hacer por su bien, yo ya lo he hecho. Así que, Ananda, ahí tenéis árboles con sus raíces, ahí tenéis cabañas vacías. Meditad y no os descuidéis, que no tengáis que arrepentiros luego. Esto es lo que os aconsejo.”

Así habló el Bienaventurado, y el venerable Ananda gozó y se complació con sus palabras.