Majjhima Nikaya 140
Dhatuvibhanga Sutta
Exposición de los elementos
en una ocasión, el Bienaventurado estaba recorriendo el país de los magadhanos, para llegar finalmente a Rajagaha. Estando allí, fue junto al ceramista Bhaggava, y al llegar le dijo: He oído que:
“Si no es un inconveniente para ti, Bhaggava, me quedaré una noche en tu cobertizo.” “No, no es ningún inconveniente para mí, venerable señor, pero ya un asceta errante ha establecido su residencia allí. Si él está de acuerdo, el venerable señor puede permanecer aquí por el tiempo que le plazca”.
En aquel entonces, estaba allí un joven de buena familia de nombre Pukkusati, quien había dejado la casa, para vivir un estilo de vida sin hogar por medio de la fe en el Bienaventurado, quien hubo establecido su residencia en el cobertizo de un alfarero. Por eso, el Bienaventurado se acercó al Venerable Pukkusati y le dijo: “Si no es un inconveniente para ti, monje, me quedaré una noche en este cobertizo”. “En el cobertizo del alfarero hay suficiente espacio, amigo. Así que el venerable señor permanezca aquí por el tiempo que le plazca”.
Por lo tanto, el Bienaventurado, entró en el cobertizo del alfarero y preparó en el fondo la hierba esparcida, en la cual se sentó con las piernas cruzadas, sosteniendo su cuerpo erecto, estableciendo la atención consciente enfrente. Así, el Bienaventurado pasó la mayor parte de la noche en la sesión [de meditación]. Y también el Venerable Pukkusati pasó la mayor parte de la noche en la sesión [de meditación]. Entonces, el siguiente pensamiento surgió en el Bienaventurado: “La conducta de este joven de buena familia es inspiradora. ¿Qué tal si le hago una pregunta? Así que se dirigió al Venerable Pukkusati con estas palabras:
“¿Bajo qué dirección has abandonado la casa, monje? ¿Quién es tu maestro? ¿Qué Dhamma profesas?” “Amigo, es el asceta Gotama, el hijo de los Sakyas, bajo cuya dirección he abandonado la casa. He aquí que este excelente informe se ha divulgado sobre el honorable Gotama: ‘Realmente, el Bienaventurado es un Arahant plenamente Despierto, consumado en el conocimiento y la conducta, el Sublime, conocedor de los mundos, incomparable preparador de los que han de ser amansados, maestro de los devas y los seres humanos, el Despierto, el Bendito’. Así que, he abandonado la casa bajo la dirección del Bienaventurado. El Bienaventurado es mi Maestro. El Dhamma del Bienaventurado es la que profeso”.
“Pero, monje, ¿en qué lugar está viviendo ahora este Bienaventurado, el Arahant plenamente Despierto?”
“Amigo, hay una ciudad en la tierra del norte, llamada Savatthi. Es ahí dónde el Bienaventurado, el Arahant plenamente Despierto está viviendo ahora”.
“Pero, monje, ¿Has visto tú, alguna vez, a este Bienaventurado antes? ¿Podrías, al verle, reconocerlo?”
“No, amigo. Nunca he visto antes al Bienaventurado ni, al verlo, lo hubiese podido reconocer”.
Entonces, se le ocurrió el siguiente pensamiento al Bienaventurado: “Este joven de buena familia ha abandonado la casa bajo mi dirección. ¿Qué tal si le enseño el Dhamma?” Así que le dijo al Venerable Pukkusati:
“Monje, voy a enseñarte el Dhamma. Escucha y presta atención, que voy a hablar”.
“Sí, amigo”, respondió el Venerable Pukkusati y el Bienaventurado dijo:
“Esta persona, monje, consiste en seis elementos, seis órganos de los sentidos del contacto, dieciocho cualidades mentales de investigación y cuatro habilidades de determinación. Las mareas de las concepciones no se precipitan sobre alguien que está establecido [en estos cuatro fundamentos]. Y cuando las mareas de las concepciones cesan de precipitarse sobre él, se le llama ‘sabio apacible’. Entonces, uno no debe ser negligente en sabiduría, debe preservar la verdad, cultivar el cese y entrenarse para la paz. Este es el resumen de la exposición de los seis elementos.
“Entonces, monje, se ha dicho que ‘esta persona consiste en seis elementos’. ¿En referencia a qué se dijo esto? Elemento de la tierra, elemento del agua, elemento del fuego, elemento del aire, elemento del espacio y elemento de la conciencia. En referencia a esto se ha dicho, monje, que ‘esta persona consiste en seis elementos’.
“También se ha dicho, monje que ‘esta persona consiste en seis órganos de los sentidos del contacto’. ¿En referencia a qué se dijo esto? El órgano del sentido del contacto del ojo, el órgano del sentido del contacto del oído, el órgano del sentido del contacto de la nariz, el órgano del sentido del contacto de la lengua, el órgano del sentido del contacto del cuerpo y el órgano del sentido del contacto de la mente. En referencia a esto se ha dicho, monje, que ‘esta persona consiste en seis órganos de los sentidos del contacto’.
“También se ha dicho, monje, que ‘esta persona consiste en dieciocho cualidades mentales de investigación’. ¿En referencia a qué se dijo esto? Habiendo visto las formas con el ojo, uno investiga las formas que producen alegría, investiga las formas que producen aflicción, investiga las formas que producen ecuanimidad. Habiendo escuchado los sonidos con el oído… Habiendo olido los olores con la nariz… Habiendo saboreado los sabores con la lengua… Habiendo tocado las cosas tangibles con el cuerpo… Habiendo conocido los fenómenos con la mente, uno investiga los fenómenos que producen alegría, investiga los fenómenos que producen aflicción, investiga los fenómenos que producen ecuanimidad. En referencia a esto se ha dicho, monje, que ‘esta persona consiste en dieciocho cualidades mentales de investigación’.
“También se ha dicho, monje, que ‘esta persona consiste en cuatro habilidades de determinación’. ¿En referencia a qué se dijo esto? Determinación de sabiduría, determinación de la verdad, determinación del renunciamiento y determinación de la calma. En referencia a esto se ha dicho, monje, que ‘esta persona consiste en cuatro habilidades de determinación’.
“También se ha dicho, monje, que ‘uno no debe ser negligente en sabiduría, debe preservar la verdad, cultivar el cese y entrenarse para la paz’. ¿En referencia a qué se dijo esto?
“Pues, ¿de qué manera, monje, uno no debe ser negligente en sabiduría? He aquí, monje existen estos seis elementos: Elemento de la tierra, elemento del agua, elemento del fuego, elemento del aire, elemento del espacio y elemento de la conciencia.
“¿Y qué es, monje, el elemento de la tierra? El elemento de la tierra puede ser tanto interno como externo. ¿Y qué es, monje, el elemento interno de la tierra? Todo aquello que, internamente, hallándose dentro de uno mismo, es duro, sólido y sujetable; esto es: los pelos de la cabeza, los pelos del cuerpo, las uñas, los dientes, la piel, la carne, los tendones, los huesos, la médula ósea, los riñones, el corazón, el hígado, las membranas, el bazo, los pulmones, el intestino grueso, el intestino delgado, el contenido del estómago, los heces o cualquier otra cosa que, internamente, hallándose dentro de uno mismo, es dura, sólida y sujetable. Esto es monje, el elemento interno de la tierra. Ahora bien, monje, tanto el elemento interno de la tierra, como el elemento externo de la tierra son simplemente elementos de la tierra. Y así esto debería ser visto, tal como realmente es, con sabiduría: ‘Esto no es mío, este no soy yo, esto no es mi ser’. Cuando uno ve esto así, tal como realmente es, con sabiduría, uno llega a desencantarse con respecto al elemento de la tierra y hace que su mente se vuelva desapasionada hacia el elemento de la tierra.
“¿Y qué es, monje, el elemento del agua? El elemento del agua puede ser tanto interno como externo. ¿Y qué es, monje, el elemento interno del agua? Todo aquello que, internamente, hallándose dentro de uno mismo, es líquido, acuoso y sujetable; esto es: la bilis, la flema, la pus, la sangre, el sudor, la grasa, las lágrimas, el lubricante, la saliva, la mucosa, el aceite de las articulaciones, la orina o cualquier otra cosa que, internamente, hallándose dentro de uno mismo, es líquida, acuosa y sujetable. Esto es monje, el elemento interno del agua. Ahora bien, monje, tanto el elemento interno del agua, como el elemento externo del agua son simplemente elementos del agua. Y así esto debería ser visto, tal como realmente es, con sabiduría: ‘Esto no es mío, este no soy yo, esto no es mi ser’. Cuando uno ve esto así, tal como realmente es, con sabiduría, uno llega a desencantarse con respecto al elemento del agua y hace que la mente se vuelva desapasionada hacia el elemento del agua.
“¿Y qué es, monje, el elemento del fuego? El elemento del fuego puede ser tanto interno como externo. ¿Y qué es, monje, el elemento interno del fuego? Todo aquello que, internamente, hallándose dentro de uno mismo, es fuego, ardiente y sujetable; esto es: aquello por lo cual el cuerpo se calienta y se consume, las edades y lo que causa que aquello que se come, bebe, consume y saborea, queda completamente digerido o cualquier otra cosa que, internamente, hallándose dentro de uno mismo, es fuego, ardiente y sujetable. Esto es monje, el elemento interno del fuego. Ahora bien, monje, tanto el elemento interno del fuego, como el elemento externo del fuego son simplemente elementos del fuego. Y así esto debería ser visto, tal como realmente es, con sabiduría: ‘Esto no es mío, este no soy yo, esto no es mi ser’. Cuando uno ve esto así, tal como realmente es, con sabiduría, uno llega a desencantarse con respecto al elemento del fuego y hace que la mente se vuelva desapasionada hacia el elemento del fuego.
“¿Y qué es, monje, el elemento del aire? El elemento del aire puede ser tanto interno como externo. ¿Y qué es, monje, el elemento interno del aire? Todo aquello que, internamente, hallándose dentro de uno mismo, es aire, ventoso y sujetable; esto es: el curso del aire hacia arriba, el curso del aire hacia abajo, los vientos en el estómago, los vientos en los intestinos, los vientos que naturalmente atraviesan los miembros del cuerpo, la inhalación y la exhalación o cualquier otra cosa que, internamente, hallándose dentro de uno mismo, es aire, ventoso y sujetable. Esto es monje, el elemento interno del aire. Ahora bien, monje, tanto el elemento interno del aire, como el elemento externo del aire son simplemente elementos del aire. Y así esto debería ser visto, tal como realmente es, con sabiduría: ‘Esto no es mío, este no soy yo, esto no es mi ser’. Cuando uno ve esto así, tal como realmente es, con sabiduría, uno llega a desencantarse con respecto al elemento del aire y hace que la mente se vuelveadesapasionada hacia el elemento del aire.
“¿Y qué es, monje, el elemento del espacio? El elemento del espacio puede ser tanto interno como externo. ¿Y qué es, monje, el elemento interno del espacio? Todo aquello que, internamente, hallándose dentro de uno mismo es espacio, espacial, y sujetable, esto es: las aberturas en las orejas y en la nariz, la abertura de la boca y las aberturas que causan que aquello que se come, bebe, consume y saborea ,queda completamente digerido o cualquier otra cosa que, internamente, hallándose dentro de uno mismo, es espacio, espacial y sujetable. Esto es monje, el elemento interno del espacio. Ahora bien, monje, tanto el elemento interno del espacio, como el elemento externo del espacio son simplemente elementos del espacio. Y así esto debería ser visto, tal como realmente es, con sabiduría: ‘Esto no es mío, este no soy yo, esto no es mi ser’. Cuando uno ve esto así, tal como realmente es, con sabiduría, uno llega a desencantarse con respecto al elemento del espacio y hace que la mente se vuelva desapasionada hacia el elemento del espacio.
“De esta manera, lo único que queda son los estados de conciencia, puros y brillantes. ¿Y cómo alguien conoce semejantes estados de conciencia? Pues él conoce así: ‘[esto es] placentero’; también conoce que ‘[esto es] doloroso’ y conoce que ‘[esto es] ni placentero ni doloroso’. Dependiendo del contacto sensorial, experimentado como placentero, surge la sensación placentera. Cuando él experimenta una sensación placentera, discierne así: ‘estoy experimentando una sensación placentera’. Y entiende esto: ‘Con el cese de este mismo contacto sensorial experimentado como placentero, su correspondiente sensación -sensación placentera que ha surgido como consecuencia del contacto sensorial experimentado como placentero- cesa y se extingue.’
“Además, dependiendo del contacto sensorial, experimentado como doloroso, surge la sensación dolorosa. Cuando él experimenta una sensación dolorosa, discierne así: ‘estoy experimentando una sensación dolorosa’. Y entiende esto: ‘Con el cese de este mismo contacto sensorial experimentado como doloroso, su correspondiente sensación—sensación dolorosa que ha surgido como consecuencia del contacto sensorial experimentado como doloroso- cesa y se extingue.’
“Y también, dependiendo del contacto sensorial, experimentado como ni placentero ni doloroso, surge la sensación ni placentera ni dolorosa. Cuando él experimenta una sensación ni placentera ni dolorosa, discierne así: ‘estoy experimentando una sensación ni placentera ni dolorosa’. Y entiende esto: ‘Con el cese de este mismo contacto sensorial experimentado como ni placentero ni doloroso, su correspondiente sensación—sensación ni placentera ni dolorosa que ha surgido como consecuencia del contacto sensorial experimentado como ni placentero ni doloroso- cesa y se extingue.’
“Monje, al igual que del contacto friccionado de dos estacas, se genera calor y fuego, y con la separación y desunión de estas dos estacas, el concomitante calor cesa y se extingue, así también, dependiendo del contacto sensorial, experimentado como placentero… experimentado como doloroso… experimentado como ni placentero ni doloroso, surge la sensación ni placentera ni dolorosa. Cuando él experimenta una sensación ni placentera ni dolorosa, discierne así: ‘estoy experimentando una sensación ni placentera ni dolorosa’. Y entiende esto: ‘Con el cese de este mismo contacto sensorial experimentado como ni placentero ni doloroso, su correspondiente sensación—sensación ni placentera ni dolorosa que ha surgido como consecuencia del contacto sensorial experimentado como ni placentero ni doloroso- cesa y se extingue.’
“De esta manera, lo único que queda es la ecuanimidad, pura y brillante, maleable, flexible y radiante. Imagina, monje, a un orfebre o al aprendiz de un orfebre que prepara el horno, calienta el crisol y, sujetando el oro con un par de pinzas, lo coloca dentro del crisol. De vez en cuando sopla sobre él, de vez en cuando lo rocía con agua y de vez en cuando lo examina, hasta que el oro llega a ser refinado, bien refinado, completamente refinado, impecable, libre de escoria, flexible, maleable y radiante. Después de esto, si él desease producir cualquier clase de adorno que tuviera en su mente—fuera éste un cinturón, una pendiente, un collar o una cadena de oro- fácilmente, podría lograrlo. De la misma manera, monje, lo único que queda es la ecuanimidad, pura y brillante, maleable, flexible y radiante.
“Y entonces, él discierne esto: ‘Si yo dirigiese esta ecuanimidad, pura y brillante, hacia la base del espacio infinito y desarrollara mi mente adecuadamente, entonces, esta mi ecuanimidad, con el soporte en la base del espacio infinito, ligada a ella, permanecería por el espacio del tiempo muy largo. Y si yo dirigiese esta ecuanimidad, pura y brillante, hacia la base de la conciencia infinita… hacia la base de la nada… hacia la base de la ni percepción ni la no-percepción y desarrollara mi mente adecuadamente, entonces, esta mi ecuanimidad, con el soporte en la base de la ni percepción ni la no-percepción, ligada a ella, permanecería por el espacio del tiempo muy largo.’
“Además, él discierne esto: ‘Si yo dirigiese esta ecuanimidad, pura y brillante, hacia la base del espacio infinito y desarrollara mi mente adecuadamente, entonces, esto sería algo condicionado. Y si yo dirigiese esta ecuanimidad, pura y brillante, hacia la base de la conciencia infinita… hacia la base de la nada… hacia la base de la ni percepción ni la no-percepción y desarrollara mi mente adecuadamente, entonces, esto sería algo condicionado.’ De modo que él no produce condicionamiento alguno ni tampoco genera ninguna volición, tendiente hacia el ser ni hacia el no-ser. Siendo que él no produce condicionamientos ni genera voliciones tendientes hacia el ser ni hacia el no-ser, él no se apega a nada en este mundo. Y cuando no tiene apego, su corazón no se agita. Y cuando no está agitado, él personalmente alcanza el Nibbana. Entonces, entiende esto: ‘El nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que habría que hacer, ha sido realizado, y no hay nada más qué hacer en este mundo’.
“Entonces, cuando él percibe una sensación placentera, la entiende así: ‘esto es transitorio; no hay nada en esto que pueda ser guardado ni hay deleite alguno en esto’. Y cuando percibe una sensación dolorosa, la entiende así: ‘esto es transitorio; no hay nada en esto que pueda ser guardado ni hay deleite alguno en esto’. Y cuando percibe una sensación ni placentera ni dolorosa, la entiende así: ‘esto es transitorio; no hay nada en esto que pueda ser guardado ni hay deleite alguno en esto’.
“Cuando percibe una sensación placentera, la percibe como algo disociado; cuando percibe una sensación dolorosa, la percibe como algo disociado y cuando percibe una sensación ni placentera ni dolorosa, la percibe como algo disociado.
“Cuando percibe una sensación limitada al cuerpo, él entiende esto: ‘estoy percibiendo una sensación limitada al cuerpo’. Y cuando percibe una sensación limitada a la vida, entiende esto: ‘estoy percibiendo una sensación limitada a la vida’. Entonces, discierne: ‘con la disolución de este cuerpo, con el fin de la vida, todo aquello que ha sido experimentado, no habiendo más posibilidad de deleitarse en esto, se irá apagando aquí’. Monje, al igual que una lámpara de aceite se quema dependiendo de la mecha y del aceite, y cuando la mecha y el aceite se gastan por completo, y no queda más combustible, el fuego se extingue por falta de combustible, así también, cuando él percibe una sensación limitada al cuerpo, entiende esto: ‘estoy percibiendo una sensación limitada al cuerpo’; y cuando percibe una sensación limitada a la vida, entiende esto: ‘estoy percibiendo una sensación limitada a la vida’ y discierne: ‘con la disolución de este cuerpo, con el fin de la vida, todo aquello que ha sido experimentado, no habiendo más posibilidad de deleitarse en esto, se irá apagando aquí.’
“Por eso, monje, el monje que posee este discernimiento, posee el fundamento para la más alta sabiduría. De esta manera, monje, esta es la más noble y suprema sabiduría llamada ‘el conocimiento sobre la destrucción de todo sufrimiento’.
“Su liberación, siendo fundada en la verdad, es inconmovible. Por eso es falso, monje, lo que tiene la naturaleza engañosa y es verdadero, lo que tiene la naturaleza no engañosa, es decir, el Nibbana. Por eso, monje, el monje que posee este discernimiento, posee el fundamento para la más alta sabiduría. De esta manera, monje, esta es la más noble y suprema sabiduría llamada ‘Nibbana’, cuya naturaleza es no engañosa.
“Anteriormente, cuando él todavía era un ignorante, adquiría las adquisiciones y se comprometía con ellas; ahora, él las ha abandonado, las cortó de raíces, hizo de ellas como si fuera el tocón de una palmera: acabó con ellas de tal manera, que nunca jamás volverán a aparecer en el futuro. Por eso, monje, el monje que posee esto, posee el fundamento de la suprema liberación. De esta manera, monje, esta es la noble y suprema liberación llamada ‘liberación de todas las adquisiciones’.
“Anteriormente, cuando él todavía era un ignorante, experimentaba la codicia, el deseo y la lujuria; ahora, él los ha abandonado, los cortó de raíces, hizo de ellos como si fuera el tocón de una palmera: acabó con ellos de tal manera, que nunca jamás volverán a aparecer en el futuro.
“Anteriormente, cuando él todavía era un ignorante, experimentaba la ira, la animadversión y el odio; ahora, él los ha abandonado, los cortó de raíces, hizo de ellos como si fuera el tocón de una palmera: acabó con ellos de tal manera, que nunca jamás volverán a aparecer en el futuro.
“Anteriormente, cuando él todavía era un ignorante, experimentaba la ignorancia y la falsa ilusión; ahora, él las ha abandonado, las cortó de raíces, hizo de ellas como si fuera el tocón de una palmera: acabó con ellas de tal manera, que nunca jamás volverán a aparecer en el futuro. Por eso, monje, el monje que posee esto, posee el fundamento de la suprema paz. De esta manera, monje, esta es la noble y suprema paz, llamada ‘apaciguamiento de la avidez, aversión y falsa ilusión’.
“Monje, fue referente a ésto que se dijo: ‘uno no debe ser negligente en sabiduría, debe preservar la verdad, cultivar el cese y entrenarse para la paz’
“La marea de concebir no arrastra más a aquel que está establecido en estos fundamentos, y cuando la marea de concebir no lo arrastra más, él es llamado un ‘sabio apacible’. Esto se ha dicho. Y, ¿en referencia a qué se ha dicho esto?
“Monje, ‘el yo’ es una forma de concebir; ‘yo soy esto’, es una forma de concebir; ‘yo voy a ser’, es una forma de concebir; ‘yo no voy a ser’, es una forma de concebir; ‘yo voy a ser el poseedor de la forma’, es una forma de concebir; ‘yo seré sin forma’, es una forma de concebir; ‘voy a ser perceptor’, es una forma de concebir; ‘voy a ser no-perceptor’, es una forma de concebir; ‘no voy a ser ni perceptor ni no-perceptor’, es una forma de concebir. El hecho de concebir es un dolencia, el hecho de concebir es un tumor, el hecho de concebir es un dardo. Al superar todas las acciones de concebir, uno es llamado el sabio apacible. Y un sabio apacible, no nace, no se deteriora, no muere, no se agita y es inamovible. No hay nada en él, a través de lo cual, podría haber nacido. Al no haber nacido, ¿cómo podría sufrir el deterioro? Al no sufrir deterioro, ¿cómo podría morir? ¿Al no morir, ¿cómo podría ser sacudido? Al no ser sacudido, ¿cómo podría ser conmovido?
“Monje, fue referente a esto que se dijo: ‘La marea de concebir no arrastra más a aquel que está establecido en estos fundamentos, y cuando la marea de concebir no lo arrastra más, él es llamado un ‘sabio apacible’. Así que, monje, guarda en tu mente esta breve exposición de los seis elementos”.
Entonces, el Venerable Pukkusati pensó lo siguiente: “¡Realmente, el Maestro vino junto a mí! ¡El Sublime ha llegado junto a mí! ¡El plenamente Despierto ha venido junto a mí!” Acto seguido, se levantó de su asiento, puso su hábito exterior sobre su hombro y, postrándose frente al Bienaventurado, dijo: “Venerable señor, la transgresión se apoderó de mí; como un tonto, torpe y confundido, me he dirigido al Bienaventurado como ‘amigo’. Venerable señor, que el Bienaventurado perdone mi ofensa y reciba mi promesa de no cometerla nunca más en el futuro”.
“Ciertamente, monje, la transgresión se apoderó de ti y como un tonto, torpe y confundido, te has dirigido a mí como ‘amigo’. Pero, siendo que has visto tu ofensa como tal y la has corregido de acuerdo al Dhamma, aceptamos tu confesión. Cuando alguien ve su transgresión como tal, la corrige de acuerdo al Dhamma y se compromete a no cometerla nunca más en el futuro, entonces para él, hay crecimiento en esta Disciplina de los Nobles”.
“Venerable señor, quisiera recibir la plena ordenación del Bienaventurado”
“Pero, monje, ¿tienes ya tu cuenco y tus hábitos amarillos completos?”
“No, venerable señor, mi cuenco y mis hábitos amarillos no están completos”.
“Los Tathagatas, monje, no ofrecen plena ordenación a aquellos, cuyos cuencos y hábitos amarillos no están completos”.
Entonces, el Venerable Pukkusati, habiéndose deleitado y regocijado en las palabras del Bienaventurado, se levantó de su asiento y, al haber rendido homenaje al Bienaventurado, se retiró de allí—manteniendo siempre al Bienaventurado a su derecha- con el fin de conseguir el cuenco y los hábitos amarillos. Y mientras el Venerable Pukkusati estaba procurando conseguir el cuenco y los hábitos amarillos, una vaca errante lo mató.
Entonces, un grupo de monjes se acercó al Bienaventurado y, al rendirle homenaje, se sentó a un lado. Luego, los monjes dijeron: “Venerable señor, el joven de buena familia, Pukkusati, quien recibió breves instrucciones por parte del Bienaventurado, ha muerto. ¿Cuál es su destino? ¿Cuál es su futuro camino?”
“Monjes, Pukkusati, el joven de buena familia, era un hombre sabio. Él ha practicado de acuerdo al Dhamma y no me dificultó la correcta explicación del Dhamma. Con la destrucción de los cinco grillos menores, el joven de buena familia, Pukkusati, ha reaparecido espontáneamente [en la Morada Pura] donde alcanzará el Nibbana final, sin que retorne nunca más a este mundo”.
Esto es lo que dijo el Bienaventurado y los monjes fueron satisfechos y se deleitaron en las palabras del Bienaventurado.