Majjhima Nikaya 76

Sandaka Sutta

A Sandaka

Esto he escuchado: En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en el parque de Ghosita, cerca de Kosambi.

Al mismo tiempo, el asceta errante Sandaka estaba en la cueva de los árboles pilakkha con un gran grupo de ascetas errantes.

Entonces, cuando se hizo de noche, el venerable Ananda emergió de su meditación y se dirigió a los monjes de esta manera: “Venid, amigos, vayamos a la cueva de los árboles pilakkha.” – “Sí, amigo”, respondieron aquellos monjes. Acto seguido, el venerable Ananda llegó en la cueva de los árboles pilakkha con un gran grupo de monjes.

En este momento el asceta errante Sandaka estaba sentado en medio de una gran asamblea de ascetas errantes quienes hacían mucho bullicio y tumulto con sus ruidosas charlas sobre los temas superfluos, tales como las charlas sobre los reyes, ladrones, ministros, ejércitos, peligros, batallas, comidas, bebidas, vestimentas, camas, guirnaldas, perfumes, parientes, vehículos, aldeas, pueblos, ciudades, países, mujeres, héroes, calles, pozos, los muertos, las bagatelas, origen del mundo, origen del océano, que las cosas son así y no de otra manera. Entonces, el asceta errante Sandaka visualizó al venerable Ananda viniendo desde cierta distancia y al verle, aquietó a esa asamblea con estas palabras: “estad quietos, señores, no hagáis tanto ruido, señores. He aquí viene el asceta Ananda, el discípulo del asceta Gotama que está morando en Kosambi. Estos venerables señores gustan de la quietud; están disciplinados en la quietud; recomiendan la quietud. Quizá, si él encuentre nuestra asamblea quieta, querrá unirse a nosotros”. Entonces los ascetas errantes quedaron en silencio.

Entonces, el venerable Ananda llegó junto al asceta errante Sandaka quien le dijo: “Adelante, maestro Ananda. Que el maestro Ananda sea bienvenido. Ya hace mucho tiempo que el maestro Ananda no encontraba una oportunidad para visitarnos. Que el maestro Ananda tome el asiento, que el asiento está preparado”.

Entonces, el venerable Ananda se sentó en el asiento que estaba preparado para él, mientras que el asceta errante Sandaka tomó un asiento más bajo y se sentó al lado. Cuando hizo eso, el venerable Ananda le preguntó: “¿por motivo de qué clase de discusión estabais sentados aquí juntos, Sandaka? ¿cuál fue vuestra discusión que ha sido interrumpida?”

“Maestro Ananda, dejemos la clase de discusión por la cual estábamos sentados aquí juntos. El maestro Ananda puede escuchar de ella más tarde. Sería bueno que el maestro Ananda nos ofrezca su propia enseñanza del Dhamma.”

“Entonces, Sandaka, escucha y presta atención que voy a hablar”.

“Sí, señor”, respondió y el venerable Ananda continuó:

“Sandaka, he aquí existen cuatro maneras de negar la vivencia de la vida santa que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado; y también existen cuatro maneras de la vida santa sin consolación que han sido declaradas, donde el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.”

“Pero, maestro Ananda, ¿cuáles son esas cuatro maneras de negar la vivencia de la vida santa que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado? Y también, ¿cuáles son esas cuatro maneras de la vida santa sin consolación que han sido declaradas, donde el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso?”

“He aquí, Sandaka, algunos maestros sostienen está doctrina o punto de vista: ‘he aquí que no hay nada dado, nada ofrecido, ni nada sacrificado. No existen frutos o resultados tanto de las buenas como de las malas acciones. No existe ni este mundo ni el venidero. No hay madre ni padre, ni tampoco los renacimientos espontáneos de los seres. No hay ascetas ni brahmanes, los cuales, habiendo practicado correctamente, alcanzaran la meta directamente, mediante su propio descubrimiento, y que proclamaran este mundo o el venidero. Los seres humanos se componen de los cuatro elementos primarios. Al morir, la parte de la tierra retorna a su estado anterior y se funde con la sustancia de la tierra. La parte del fuego retorna a su estado anterior y se funde con la sustancia del fuego. La parte líquida retorna a su estado anterior y se funde con la sustancia líquida. La parte del viento retorna a su estado anterior y se funde con la sustancia del viento. Las facultades sensoriales se esparcen por el espacio. Los cuatro hombres con las andas, cargan el cadáver como si fuera una quinta persona. Se escuchan sus pasos hasta el cementerio. Luego, los huesos se ponen blancos y el sacrificio termina con las cenizas. La generosidad, es la enseñanza de los idiotas. Las palabras de aquellos que hablan de la existencia después de la muerte, son como un parloteo falso y vacío. Con la destrucción del cuerpo, tanto el sabio como el tonto son aniquilados por igual y destruidos. Ya nadie existe después de la muerte’.

“Acerca de eso, el hombre sabio considera lo siguiente: ‘ese buen maestro sostiene está doctrina o punto de vista: «he aquí que no hay nada dado, nada ofrecido, ni nada sacrificado… Ya nadie existe después de la muerte». Si las palabras de ese buen maestro fueran verdaderas, entonces ambos seríamos exactamente iguales aquí, estaríamos en el mismo nivel: yo, que no he practicado [esta enseñanza] aquí y él, que la había practicado; yo, que no he vivido [la vida santa] aquí y él, que la había vivido. A pesar de eso, yo no afirmo que ambos seremos cortados y aniquilados después de que nuestros cuerpos se disuelvan, que después de la muerte no existiremos. Porque sería superfluo para este buen maestro andar aquí desnudo, afeitar la cabeza, ejercitarse a sí mismo en posición en cuclillas, deshacerse de sus cabellos y la barba, si yo –que vivo en el hogar rodeado de hijos, uso el sándalo de Benares, visto las guirnaldas, uso perfumes y ungüentos, acepto oro y plata, cosechase exactamente el mismo destino, exactamente el mismo futuro curso que este buen maestro. De acuerdo a lo que conozco y veo, ¿debería vivir la vida santa bajo este maestro?’ Entonces, cuando él descubre que este camino niega la vivencia de la vida santa, da vuelta atrás y lo abandona.

“Esta es la primera manera de negar la vivencia de la vida santa que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de la cual el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.

“Además, Sandaka, algunos maestros sostienen está doctrina o punto de vista: ‘para alguien que hace cosas o instiga a otros hacerlas, para alguien que mutila o instiga a otros que mutilen, para alguien que quema o instiga a otros que quemen, para alguien que inflige penas o instiga a otros que las infligen, para alguien que atormenta o instiga a otros que atormenten, para alguien que intimide o instiga a otros que intimiden, para alguien que mata, que irrumpe dentro de las casas, saquea las riquezas, comete asaltos, hace emboscadas, comete adulterio, habla falsamente –no existe mal que podría ser hecho. Si alguien con una navaja bien afilada convirtiera a todos los seres vivos de la tierra en un montículo de carne, no habría mal alguno que pudiera venir como resultado de estas acciones. Si alguien estuviera caminando a lo largo del río Ganges, matando e instando a matar a otros, mutilando o instigando a otros que mutilaran, quemando o instigando a otros que quemaran, no habría mal que pudiera venir como resultado de estas acciones. Si alguien estuviera caminando a lo largo del río Ganges, regalando cosas e instando a otros que las regalaran, haciendo sacrificios e instando a otros que hicieran sacrificios, no habría mérito alguno que pudiera venir como resultado de estas acciones. En la generosidad, en el autocontrol, en el correcto hablar, no hay mérito alguno que podría venir como resultado de estas acciones’.

“Acerca de eso, el hombre sabio considera lo siguiente: ‘ese buen maestro sostiene está doctrina o punto de vista: «para alguien que hace cosas o instiga a otros hacerlas… no hay mérito alguno que podría venir como resultado de estas acciones». Si las palabras de ese buen maestro fueran verdaderas, entonces ambos seríamos exactamente iguales aquí, estaríamos en el mismo nivel: yo, que no he practicado [esta enseñanza] aquí y él, que la había practicado; yo, que no he vivido [la vida santa] aquí y él, que la había vivido. A pesar de eso, yo no afirmo que con cualquier cosa que hacemos ambos no se haga algo perjudicial. Porque sería superfluo para este buen maestro andar aquí desnudo, afeitar la cabeza, ejercitarse a sí mismo en posición en cuclillas, deshacerse de sus cabellos y la barba, si yo –que vivo en el hogar rodeado de hijos, uso el sándalo de Benares, visto las guirnaldas, uso perfumes y ungüentos, acepto oro y plata, cosechase exactamente el mismo destino, exactamente el mismo futuro curso que este buen maestro. De acuerdo a lo que conozco y veo, ¿debería vivir la vida santa bajo este maestro?’ Entonces, cuando él descubre que este camino niega la vivencia de la vida santa, da vuelta atrás y lo abandona.

“Esta es la segunda manera de negar la vivencia de la vida santa que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de la cual el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.

“Además, Sandaka, algunos maestros sostienen está doctrina o punto de vista: ‘he aquí que no hay causas ni condiciones de las impurezas de los seres. Los seres están corrompidos sin causas y sin condiciones. Tampoco hay causas ni condiciones de la purificación de los seres. Los seres están siendo purificados sin causas y sin condiciones. He aquí que no existe ningún poder de uno mismo, ningún poder de otros ni ningún poder humano. No hay ninguna fuerza, vigor, energía ni esfuerzo posible. Todos los seres vivientes, todos los tipos de vida, todos los seres, todas las almas, carecen de fuerza, no tienen poder, ni pueden realizar esfuerzo alguno. Solamente, están destinados a los cambios del destino y de la naturaleza, sin poder oponer resistencia a la continua sucesión de penas y placeres de séxtuple clase.’

“Acerca de eso, el hombre sabio considera lo siguiente: ‘ese buen maestro sostiene está doctrina o punto de vista: «he aquí que no hay causas ni condiciones de las impurezas de los seres… sin poder oponer resistencia a la continua sucesión de penas y placeres de séxtuple clase». Si las palabras de ese buen maestro fueran verdaderas, entonces ambos seríamos exactamente iguales aquí, estaríamos en el mismo nivel: yo, que no he practicado [esta enseñanza] aquí y él, que la había practicado; yo, que no he vivido [la vida santa] aquí y él, que la había vivido. A pesar de eso, yo no afirmo que ambos seremos purificados sin causa ni condición. Porque sería superfluo para este buen maestro andar aquí desnudo, afeitar la cabeza, ejercitarse a sí mismo en posición en cuclillas, deshacerse de sus cabellos y la barba, si yo –que vivo en el hogar rodeado de hijos, uso el sándalo de Benares, visto las guirnaldas, uso perfumes y ungüentos, acepto oro y plata, cosechase exactamente el mismo destino, exactamente el mismo futuro curso que este buen maestro. De acuerdo a lo que conozco y veo, ¿debería vivir la vida santa bajo este maestro?’ Entonces, cuando él descubre que este camino niega la vivencia de la vida santa, da vuelta atrás y lo abandona.

“Esta es la tercera manera de negar la vivencia de la vida santa que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de la cual el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.

“Además, Sandaka, algunos maestros sostienen está doctrina o punto de vista: ‘he aquí, existen estas siete sustancias –no hechas, irreducibles, no creadas, no producidas, estériles, firmes como el pico de la montaña y estables como un pilar- sustancias que no se alteran, no cambian, no interfieren una en la otra, incapaces de causar a las otras placer, pena, ni ambas cosas. ¿Cuáles son estas siete sustancias? Sustancia de la tierra, sustancia líquida, sustancia del fuego, sustancia del viento, placer, pena y el alma. Éstas son las siete sustancias

–no hechas, irreducibles, no creadas, no producidas, estériles, firmes como el pico de la montaña y estables como un pilar-

sustancias que no se alteran, no cambian, no interfieren una en la otra, incapaces de causar a las otras placer, pena, ni ambas cosas. Entre estas sustancias no hay asesino alguno ni alguien que podría causar la muerte, no hay oyente, ni alguien que podría causar la audición, no hay conocedor ni alguien que podría causar la cognición. Cuando alguien corta la cabeza [de otra persona], en realidad no existe el asesino. Simplemente, la espada atraviesa el espacio existente entre estas siete sustancias. He aquí, hay un millón cuatrocientos seis mil seiscientos modos de origen. Quinientas formas del kamma, cinco formas y tres formas. Pleno kamma y medio kamma. He aquí, que hay sesenta y dos senderos, sesenta y dos eones intermedios, seis grandes clases de renacimientos, ocho clases de hombres, cuatro mil novecientas ocupaciones humanas, cuatro mil novecientas clases de ascetas mendicantes, cuatro mil novecientas moradas de los Nagas, dos mil facultades, tres mil infiernos, treinta y seis reinos de polvo, siete esferas de seres conscientes, siete esferas de seres inconscientes, siete clases de seres «libres de ataduras», siete grados de los devas, siete grados de los seres humanos, siete grados de los demonios, siete grandes lagos, siete grandes nudos, setecientos grandes precipicios, setecientos precipicios menores, setecientos grandes sueños, setecientos sueños menores, ochenta y cuatro mil grandes eones, durante los cuales tanto los tontos como los sabios recorren la interminable rueda, hasta poner fin a sus sufrimientos.’

“Acerca de eso, el hombre sabio considera lo siguiente: ‘ese buen maestro sostiene está doctrina o punto de vista: «he aquí, existen estas siete sustancias… hasta poner fin a sus sufrimientos». Si las palabras de ese buen maestro fueran verdaderas, entonces ambos seríamos exactamente iguales aquí, estaríamos en el mismo nivel: yo, que no he practicado [esta enseñanza] aquí y él, que la había practicado; yo, que no he vivido [la vida santa] aquí y él, que la había vivido. A pesar de eso, yo no afirmo que ambos vamos a poner fin al sufrimiento a través de la ronda de los renacimientos. Porque sería superfluo para este buen maestro andar aquí desnudo, afeitar la cabeza, ejercitarse a sí mismo en posición en cuclillas, deshacerse de sus cabellos y la barba, si yo –que vivo en el hogar rodeado de hijos, uso el sándalo de Benares, visto las guirnaldas, uso perfumes y ungüentos, acepto oro y plata, cosechase exactamente el mismo destino, exactamente el mismo futuro curso que este buen maestro. De acuerdo a lo que conozco y veo, ¿debería vivir la vida santa bajo este maestro?’ Entonces, cuando él descubre que este camino niega la vivencia de la vida santa, da vuelta atrás y lo abandona.

“Esta es la cuarta manera de negar la vivencia de la vida santa que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de la cual el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.

“Estas son, Sandaka, las cuarto maneras de negar la vivencia de la vida santa que han sido declaradas por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de las cuales el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.”

“¡Esto es magnífico, maestro Ananda! ¡Es maravilloso, maestro Ananda! Las cuarto maneras de negar la vivencia de la vida santa que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de las cuales el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso. Pero, maestro Ananda, ¿cómo son aquellas cuarto maneras de la vida santa sin consolación que ha sido declaradas por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de las cuales el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso?”

“He aquí, Sandaka, algún maestro proclama ser omnisciente, proclama poder ver todo, tener un conocimiento y una visión acabados de esta manera: ‘caminando, de pie, dormido o despierto, siempre y en todo momento, el conocimiento y la visión están presentes en mí’. Entonces, entra en una casa vacía, no se le da la comida de las limosnas, le muerde un perro, se encuentra con un elefante salvaje, con un caballo salvaje o con un toro salvaje, pregunta por el nombre y el clan de la mujer o del hombre, pregunta por el nombre del pueblo o la ciudad y por la manera de llegar allí. Y cuando se le cuestiona diciendo: ‘¿cómo es eso?’, responde: ‘tuve que entrar en una casa vacía, es por eso que entré allí. No tuve que obtener la comida de las limosnas alguna, es por eso que no la obtuve. Tuve que ser mordido por un perro, es por eso que fui mordido. Tuve que encontrarme con un elefante salvaje, con un caballo salvaje y con un toro salvaje, es por eso que me encontré con ellos. Tuve que preguntar por el nombre y el clan de la mujer o del hombre, es por eso que lo pregunté. Tuve que preguntar por el nombre del pueblo o la ciudad y por la manera de llegar allí, es por eso que lo pregunté.’

“Acerca de eso, el hombre sabio considera lo siguiente: ‘ese buen maestro proclama ser omnisciente, proclama poder ver todo, tener un conocimiento y una visión acabados… Y cuando se le cuestiona diciendo: «¿cómo es eso?», responde: «tuve que… es por eso que lo pregunté.»’ Entonces, cuando él descubre que esta vida santa es sin consolación, da vuelta atrás y la abandona.

“Esta es la primera clase de la vida santa sin consolación que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de la cual el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.

“Además, Sandaka, he aquí algún maestro tradicionalista considera la transmisión oral como la verdad; entonces enseña el Dhamma por medio de la transmisión oral, mediante las leyendas transmitidas, mediante lo que ha sido transmitido en las escrituras. Pero mientras que un maestro tradicionalista considera la transmisión oral como la verdad, [resulta que] algunas cosas son bien transmitidas y otras mal transmitidas; algunas cosas son verdaderas y otras por el contrario.

“Acerca de eso, el hombre sabio considera lo siguiente: ‘ese buen maestro tradicionalista considera la transmisión oral como la verdad… algunas cosas son verdaderas y otras por el contrario.’ Entonces, cuando descubre que esta vida santa es sin consolación, da vuelta atrás y la abandona.

“Esta es la segunda clase de la vida santa sin consolación que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de la cual el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.

“Además, Sandaka, he aquí algún maestro es investigador y racionalista. Entonces, enseña el Dhamma por medio de las elaboraciones racionalistas, siguiendo las líneas de investigación que se le ocurren. Pero mientras que un maestro es así investigador y racionalista [resulta que] algunas cosas están bien razonadas y otras mal razonadas; algunas cosas son verdaderas y otras por el contrario.

“Acerca de eso, el hombre sabio considera lo siguiente: ‘ese buen maestro es investigador y racionalista… algunas cosas son verdaderas y otras por el contrario.’ Entonces, cuando descubre que esta vida santa es sin consolación, da vuelta atrás y la abandona.

“Esta es la tercera clase de la vida santa sin consolación que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de la cual el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.

“Además, Sandaka, he aquí algún maestro es lerdo y confundido. Y por causa de su torpeza y confusión, cuando se le pregunta por una u otra cosa, responde con los enredos verbales, con ideas confusas : ‘yo no digo que esto sea así; tampoco digo que esto sea asado; ni digo que esto sea de otra manera; yo no digo que esto no sea así; tampoco digo que esto no sea asado.’

“Acerca de eso, el hombre sabio considera lo siguiente: ‘ese buen maestro es lerdo y confundido… responde con los enredos verbales, con ideas confusas…’ Entonces, cuando descubre que esta vida santa es sin consolación, da vuelta atrás y la abandona.

“Esta es la cuarta clase de la vida santa sin consolación que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de la cual el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.

“Estas son, Sandaka, las cuarto maneras de la vida santa sin consolación que han sido declaradas por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de las cuales el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.”

“¡Esto es magnífico, maestro Ananda! ¡Es maravilloso, maestro Ananda! Las cuarto maneras de negar la vivencia de la vida santa que ha sido declarada por el Bienaventurado, quien ve y sabe, que es realizado y plenamente iluminado, a través de las cuales el sabio ciertamente no puede realizar la vida santa o, si la hace, no alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso. Pero, maestro Ananda, ¿qué es lo que el Maestro afirmó, lo que declaró, a través de la cual el sabio ciertamente puede realizar la vida santa y, mientras la hace, alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso?”

“He aquí, Sandaka, el Tathagata aparece en el mundo, un Arahant, un Buda plenamente iluminado, perfecto en el conocimiento y la conducta, el Bendito, el Conocedor de los mundos, inigualado líder de hombres que han de ser amansados, el maestro de los dioses y seres humanos, el Buda, el Bienaventurado Señor. Él revela las cosas tanto del mundo de los dioses, Maras y Brahmas, como del mundo de los ascetas y brahmanes con sus príncipes y su gente, habiendo conocido todo esto mediante su propio entendimiento. El Dhamma que enseña es agradable en el comienzo, agradable en la mitad y agradable al final. Enseña tanto su espíritu como su letra, exhibiéndolo perfecta y plenamente y viviendo una vida santa, rigurosa y pura.

“El hombre hogareño o su hijo, o alguien que hubo renacido desde un hogar a otro, al escuchar este Dhamma, obtiene fe en el Tathagata reflexionando de esta manera: ‘La vida hogareña es un camino limitado y cubierto de polvo, mientras que la vida sin hogar es como vivir al aire libre. Esta no es una tarea fácil: vivir en el hogar y practicar una vida totalmente perfecta, totalmente pura y mantenerla brillante como una concha desvainada. ¿Qué tal si afeito mi cabeza y mi barba, me visto con el hábito amarillo y dejo esta vida hogareña para vivir el estilo de vida sin hogar?’ De modo que, después de cierto tiempo, efectivamente abandona sus riquezas, pequeñas o grandes, deja el círculo de sus parientes, pequeño o grande, afeita su cabeza y su barba, se viste con el hábito amarillo para vivir el estilo de vida sin hogar.

[Aquí se repiten las secciones enteras del sutta DN 2 sobre la Virtud , la Restricción, los Obstáculos y Jhanas 1º, 2º, 3º y 4º y los Poderes].

“Con la mente concentrada, purificada y brillante, intachable, libre de las impurezas, maleable, flexible, firme y que ha alcanzado la imperturbabilidad, él direcciona e inclina su mente hacia el conocimiento del fin de las contaminaciones. Él conoce tal como realmente es: ‘Este es el sufrimiento, éste es el origen del sufrimiento, éste es el cese del sufrimiento y éste es el sendero que lleva al cese del sufrimiento’. También conoce esto tal como realmente es: ‘Estas son las contaminaciones, éste es el origen de las contaminaciones, éste es el cese de las contaminaciones y éste es el sendero que lleva al cese de las contaminaciones’.

“A través de este conocimiento y la visión, su mente es liberada de la contaminación de la sensualidad, de la contaminación de la existencia y de la contaminación de la ignorancia. Y entonces, el siguiente conocimiento nace en él: ‘¡Ésta es la liberación!’ Y él sabe que ‘el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, la tarea ha culminado. No queda más nada por delante’. De esta manera, el sabio ciertamente puede realizar la vida santa y, mientras la hace, alcanza el verdadero sendero, el Dhamma que es beneficioso.”

“Pero, maestro Ananda, cuando el monje es un arahant con las contaminaciones destruidas, alguien que ha vivido la vida santa, ha realizado lo que tenía que hacerse, ha echado la carga, ha alcanzado su propia meta, ha destruido los grilletes de la existencia, y está completamente liberado a través del conocimiento final, ¿podría disfrutar de los placeres sensuales?”

“Sandaka, cuando el monje es un arahant con las contaminaciones destruidas… y está completamente liberado a través del conocimiento final, entonces es incapaz de hacer las cinco transgresiones. El monje cuyas impurezas están destruidas no es capaz de privar deliberadamente de la vida a un ser viviente; es incapaz de tomar algo que no le ha sido dado, o sea, robar; es incapaz de involucrarse en una relación sexual; es incapaz de decir una falsedad a sabiendas; es incapaz de acumular bienes para el disfrute sensual, tal como lo hacía anteriormente en su vida hogareña . Cuando el monje es un arahant con las contaminaciones destruidas… y está completamente liberado a través del conocimiento final, entonces es incapaz de hacer estas cinco transgresiones.”

Pero, maestro Ananda, cuando el monje es un arahant con las contaminaciones destruidas, alguien que ha vivido la vida santa, ha realizado lo que tenía que hacerse, ha echado la carga, ha alcanzado su propia meta, ha destruido los grilletes de la existencia, y está completamente liberado a través del conocimiento final, ¿está su conocimiento y su visión acerca de que sus contaminaciones hayan sido destruidas continua e interrumpidamente presente en él, mientras camina o está de pie, mientras duerme o está despierto?”

“En cuanto a eso, Sandaka, voy a ofrecerte un símil, ya que la gente sabia entiende el significado de los dichos a través de los símiles. Imagina, Sandaka, a un hombre que tiene las manos y los pies cortados. Dondequiera que vaya o esté, sea dormido o despierto, tiene sus manos y los pies continua e interrumpidamente cortados. Pero lo sabe solamente cuando rememora este hecho. De la misma manera, Sandaka, cuando el monje es un arahant con las contaminaciones destruidas… su conocimiento y su visión acerca de que sus contaminaciones hayan sido destruidas, no está continua e interrumpidamente presente en él, mientras camina o está de pie, mientras duerme o está despierto; más bien, él sabe ‘mis contaminaciones están destruidas’ solamente cuando rememora este hecho.”

“¿Cuántos emancipadores hay, maestro Ananda, en ese Dhamma-y-Disciplina?”

“He aquí, Sandaka, que no sólo hay cien, doscientos, trescientos, cuatrocientos o quinientos, sino mucho más emancipadores que esto hay en ese Dhamma-y-Disciplina”.

“¡Esto es maravilloso, maestro Ananda, es asombroso! No hay aquí alabanza del propio Dhamma y la denigración del Dhamma de los demás. He aquí la enseñanza del Dhamma en su plena dimensión y con tantos emancipadores. Pero aquellos ajivakas, aquellas madres de los hijos muertos se alaban a sí mismas y denigran a los demás, y sólo reconocen a tres emancipadores de nombres Nanda Vaccha, Kisa Sankicca y Makkhali Gosala”.

Entonces, el asceta errante Sandaka se dirigió a su propia asamblea y dijo: “vayamos, señores. La vida santa ha de ser vivida bajo el asceta Gotama. No es fácil para nosotros abandonar ahora las ganancias, las honras y el renombre”.

De esa manera el asceta errante Sandaka exhortó a su propia asamblea a vivir la vida santa bajo el Bienaventurado.